miércoles, 10 de febrero de 2016

La necesidad de migrar

Migrar para evolucionar, para progresar, para perderse y encontrarse uno mismo. Es una necesidad que tengo y debo saciarla. Necesito desarrollar mi vida, y mi futuro lejos de aquí. Plantarme en suelo fértil ejercer, mi profesión, cumplir mis sueños y alcanzar la felicidad. Volar para migrar.
Si bien nunca odié ni voy a odiar mi lugar de origen y, es más, me gusta y me atrae mucho nuestra cultura e historia, siento que este no es mi lugar. Nunca, hasta entrar a estudiar mi carrera, me había preguntado a mí mismo ¿Éste es mi lugar? ¿El lugar donde quiero desarrollar mi vida profesional? ¿El lugar donde me siento vivo y que me llena? La respuesta es no.

No tengo nada en contra de La Rioja. Disfruto del lugar y de mis paisajes, de las pequeñas maravillas ocultas que tiene entre sus cerros. Pero mi futuro no está acá. Siento la necesidad de migrar. De renacer y crecer espiritualmente en otro lado. En algún lugar donde me sienta feliz, donde deje de renegar con el calor y la mala vibra que reina en muchas personas.
Desde que viajé y viví el sur no dejé de confirmarlo día tras día, La Rioja no es el lugar donde quiero desarrollar mi vida. Estaba mucho mejor que en mi casa, con la compañía hermosa de mi novia y el cambio de aire y ambiente que tanto bien me hicieron. Necesito conocer mi lugar en el mundo, vivirlo y tener ese escape a la naturaleza cercana para despejarme cada vez que lo necesite, o por simple gusto, inspiración y meditación.
Mi futuro está fuera de esta provincia. Mi futuro está en la Patagonia, en el sur. Ese lugar que emociona de solo ver su paisaje y purifica el alma con sus fríos aires. Ese esa región rebelde e montañas agresivas, ríos y lagos que rebalsa de vida que gustosa recibe a quien sabe valorar lo que ofrece. Alguien que sepa verla con otros ojos y bañarse con su calma y espiritualidad.

Ese es mi plan estos años... recibirme (pronto, espero) juntar plata e irme al sur. Aunque algo es claro, nunca voy a dejar de amar y difundir mis raices riojanas. Porque he mamado de una cultura muy rica en cuanto a historia, música y literatura. Y ni hablar de los paisajes y caminos que tantas lineas inspiraron.

Como el cóndor, elevarse y planear. Lejos de aquí. Siempre firme bajo la mirada de la columna vertebral del continente. Siempre custodiado y protegido por la cordillera que vuela hacia el sur siguiendo la mítica ruta 40. Ese es el lugar. Asentarse y respirar.

1 comentario:

  1. Hola Fede! Entré en el blog y me apareció este título, y me metí de una porque sucede que yo también tengo un pensamiento similar al tuyo. Estando en la mitad de mis 20, siento la necesidad de emigrar, al menos por un tiempo, pero a otro país, a un lugar donde se viva distinto que en Argentina, donde haya otra cultura, no necesariamente mejor pero sí distinta. Creo que emigrar es un paso enorme en la vida, y que te puede abrir la cabeza de una manera increíble. Hay que conocer cosas en la vida, y una forma de hacerlo es emigrando, saliendo de la quintita conocida para pasar a un lugar donde estás en cero y tenés que empezar a armarte la vida. Nadie debería privarse de la chance de hacerlo. Excelente entrada, y muy bueno el blog. Nos leemos, un saludo!

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