viernes, 3 de marzo de 2017

Relatos de vajes: Sarmiento, Chubut (2015-2016)

Y ahí estaba yo. A más de 2300 kilómetros de mi casa. En ese pueblo en el cual nunca estuve pero que pude conocer bien los primeros días de mi estadía. Salí sólo esa mañana con la excusa de comprar ingredientes para una comida y ahí estaba yo.. caminando de acá para allá con una rosa en una mano y una bolsa grande de regalo con un peluche dentro en la otra. Lejos de todo.. pero cerca de MI todo, de mi felicidad y de su amor. Una sonrisa tonta se me dibuja en el rostro al imaginar su reacción al recibir la sorpresa y desearle buenos días con esos regalitos. En ese momento, como durante todo el tiempo en el que estuve ahí pedía... ¡Ojalá este viaje fuese eterno!

Todo el viaje, el antes, los preparativos, el largo recorrido, el encuentro y la estadía. Sucedió, lo viví, lo disfruté y ame cada segundo con su compañía. El sentirme completo, el ser iluminado por esos lindos ojos y hermosa sonrisa. El ser feliz al verla feliz. Su atención, su apoyo en todo, tan incondicional siempre.

Pre-viaje y recorrido:
Si bien mi viaje no comenzaba hasta el 15 de diciembre del 2015, mi mente ya no estaba en La Rioja, mis ojos fantaseaban con un reencuentro y con conocer nuevos paisajes, y mi alma ansiosa pedía a gritos encontrarse con su otra mitad otra vez. Ansias de amor, de cariño y felicidad.
Todo listo para viajar: Valija, mochila y saxo.
Todo parecía estar en mi contra a la hora de planear el viaje: la burocracia, la suba de precios en pasajes y mi falta de plata para afrontar tremendo viaje. Pero las ganas fueron más. El amor es mas fuerte que cualquier tipo de impedimento mundano. Yo, como siempre tan cabeza dura, no me quitaba la idea de viajar al sur a fin de año aunque la situación familiar no haya sido la mejor, ni mucho menos durante el año. Sabía que contaba con el apoyo de un amigo, casi hermano, y de mi viejo. Siempre recordaré la vez que dudé si realizaría el viaje, por falta de plata, y él, con esa tranquilidad que lo caracteriza, me dijo que íbamos a hacer un esfuerzo para poder llevarlo a cabo. Eso me llenó tantísimo que desde ese momento no me saqué de la cabeza la idea de subirme a un colectivo y llegar hasta la felicidad. Esa felicidad que no es algo material: es alguien.
Todo se resolvió, charlaba sobre el viaje a realizar con tal naturalidad que hasta se me hacía raro. Algo  que veía tan distante, tan complicado, algo por lo cual esperé casi un año, algo que desee con todas mis fuerzas..nunca antes había deseado tanto. Sentía esa necesidad de estar cerca, es más, escribiendo esto, después de volver, sigo sintiendo esa necesidad de volver.. ¡Extraño muchísimo!
Día de salida: martes 15 de diciembre. Día de llegada: jueves 17 de diciembre.
Días eternos, llenísimos de ansias y alegría al ver en el GPS cómo avanzábamos pueblos y ciudades hacia el sur y saber que cada vez quedaba menos. Que cada vez estaba mas cerca!




41 horas me separaban de mi novia. 41 horas que se fueron reduciendo al mismo tiempo que la ruta me cruzaba por debajo y el paisaje cambiaba. En Neuquén muere el cerro... kilómetros y kilómetros de casi nada. El cerro muere..pero para volver a nacer más al sur. Volvió a nacer en esa ruta camino a Bariloche, tan enorme, imponente y agresivo con sus formas rocosas y sus vestiduras de pino. Ahí, al ver el primer lago y al dirigirnos a Bariloche la ansiesad de apoderó de mí, quería llegar ya, en ese momento! pero me calmaba el paisaje con sus hermosos espejos de agua y montañas porque sabía que ya estaba mucho más cerca, ya quedaban menos de 10 horas para llegar. Tomamos la ruta 40 y pasamos por El Bolsón, un pasaíso dentro de ese paraíso regional llamado Patagonia. Otro destino pendiente en la vida. Y esa noche, a pesar de las ansias, dormí tranquilo. Porque sabía.. sabía que al despertar iba a estar en Sarmiento, su pueblo, para poder concretar ese reencuentro tan esperado, ansiado y deseado por nuestras almas y corazones.


Algunas cosas no tan buenas de ese colectivo, que poco me importaron porque estaba completamente cegado por las ganas de llegar, fue que se había roto la calefacción y llevaba 2 horas de retraso.
Pero al medio-despertar al otro día, casi sin abrir los ojos escuché a algunos pasajeros conversando entre sí y logré escuchar una pregunta y una respuesta que me abrir los ojos de golpe e incorporarme en el asiento. Escuché:
-¿Dónde estamos?
-Estamos en Sarmiento.
Inmediatamente corrí la cortina, limpié el empañe que tenía el vidrio con mis manos y ahí estaba, bajo una lluvia que parecía enfriar hasta los huesos, ese cartel de bienvenida en el arco de entrada al pueblo, que me robo una enorme sonrisa al saber lo que significaba. "Bienvenido a Sarmiento". Ese cartel que tanto había visto en fotos imaginándome a mí mismo ahí desde hace meses. Vi la hora y el colectivo había llegado 40 minutos antes de lo esperado así que apresuradamente me puse la campera, tomé mi mochila y mi saxo y bajé a avisar, temblando de nervios y frío, casí sin poder articular correctamente una oración sin titubear. Bajé, por primera vez pisaba suelo samientino, me dieron mi valija, agradecí, desee buenos días y buen viaje y me quedé en la estación de servicio, en la entrada del pueblo a la espera de que me busquen. Para mi sorpresa, no tenía señal pero afortunadamente la señal WiFi de la estación andaba bien y no tenía contraseña. Avisé, sorprendido de la rapidez del colectivo, que ya había llegado. ¡Nunca tuve tanto frío en mi vida! 6:00, en el sur, lloviendo. Y obviamente yo mal abrigado. Apenas podía escribir, mis manos temblaban y hasta me reía de mí mismo al verme en esa situación jajaja.
Primera foto en Sarmiento. Arco de entrada.
En esos minutos esperando pensaba a mil por hora. Ya imaginaba ese abrazo y esa linda sensación de estar completo de nuevo. Mi novia llegó y la apretujé entre mis brazos en un abrazo tan cálido y lleno de amor. La sonrisa de ambos no se borraba ni por un segundo. Juntos. Por fin juntos después de tanto tiempo y espera.
Me costaba creer que ya todo estaba sucediendo, estaba viviendo ese viaje, ya estaba con mi novia y ya me invadía esa felicidad enorme que solo ella me da.
Cargamos mis cosas al auto de su mamá y salimos para su casa. A cada rato se daba vuelta y me miraba con ternura sonriéndome y yo devolvía la mirada con una sonrisa tonta en la cara jaja. Esa mirada, es como si a cada rato quisiera confirmar que estoy ahí, que es verdad, que estamos juntos de nuevo.

Sarmiento es un pueblo de 10.000 habitantes ubicado a 150km de Comodoro Rivadavia. Es un pueblo pequeño, tranquilo y callado. Sus calles anchísimas y repletas de piedras delatan el porvenir de los autos y los pasos de la gente con ese sonido de los pies y ruedas chocando con el suelo, haciendo que se los escuche antes de que se los vean. Silencio y vacío en las larguísimas tardes de calor (pocas) el sol pega, pero el viento fresco alivia. Ese silencio es roto por el constante bramido de las hojas que bailan con el viento, imitando al sonido del mar. Si es por agua, no se anda llorando.Abunda gracias a los ríos y lagos. Fincas, chacras, campos con decenas y decenas de vacas, ovejas o caballos, algunas con estanques de agua y canales artificiales Y los álamos siempre presentes, explotando su gran altura, utilizándolos como cortinas contra el viento.

Viaje de las primeras veces

En uno de los tantos paseos probé guindas de la calle, en unas de las tantas visitas a la casa de la abuela probé las cerezas. Pero no las cerezas que llegan acá al norte, todas chiquitas y feas. Probé esas cerezas de la Patagonia, riquísimas!
Pude sentarme al lado del gran Lago Musters, mojar los pies en sus aguas, al igual que el en Río Senguer, que lo alimenta. Fue maravilloso poder ver tanto agua y no solo eso, estar en contacto con ella y tener el tiempo para poder relajarme sintipendola.

Por primera vez me sentí como en casa, fuera de mi casa. Me recibieron tan bien! No me quería volver más!
Era la primera vez que viajaba tan lejos solo. Y el segundo viaje solo (el primero fue a Cosquín Rock 2015).
Fue el viaje mas largo que hice en la vida ganándole a Bariloche en 2013 por 8 horas aproximadamente.
Fue la primera vez que pasaba las fiestas sin mi familia. Y las pasé con esa linda familia que me adoptó y que tan bien me recibió.
Fue el primer viaje financiado en un 100% por mí (aunque me endeudé por 6 meses jaja)

Río Senguer

Es un curso de agua de la provincia del Chubut. Nace en los lagos La Plata y Fontana en la cordillera chubutense que, tras un camino de 340km y pasar por la localidad de Puerto Deseado (Santa Cruz), vuelve a Chubut y desemboca y alimenta al gran lago Musters.
Un día salimos a pasear y caminamos un poco el camino que lleva al río...pero hasta ahí nomás. El viento se hacía notar y queríamos volver a casa. Lo lindo fue ver por primera vez en limpio el pequeño cordón montañoso que se ve desde Sarmiento, con el Cerro San Bernardo como protagonista. Se dejaba ver en todo su esplendor gracias al terreno anterior a éste. Muy, muy llano y limpio de árboles. Al lado del camino acompaña un pequeño canal, que más allá llega a unos estanques y se deben pasar un par de pequeños puentes para seguir por el camino.
Ya otro día salimos para allá con el único objetivo de hacerme conocer el río y pasar una linda tarde juntos, cosa que se consiguió muy bien :3 Pasamos por un minimarket a comprar galletas, agua saborizada y un par de bolsitas de
gomitas mogul, de las cuales soy un adicto y no me duran nada jaja Aunque en esos momentos trataba de disfrutarlas y hacerlas durar jaja
Y ahí salimos, ya reconocía el paisaje, y las charlas y conversaciones sobre todo no cesaban !Me sentía tan cómodo hablando con ella, hay tanta confianza!
Al caminar aproximadamente media hora desde el pueblo pasando por estos pequeños y lindos puentecitos...


...llegamos al Puente Traverso. 

Corría el año 1914, y la colonia pastoril Sarmiento anhelaba crecer, esperanzada en el corazón perseverante de aquellos primeros colonos que afincaron sus sueños y sus ansias de progreso en este pequeño oasis del centro del Chubut.Por ello se construía la primera Balsa que sorteaba el Rio Senguer para comunicarse con los campos, solucionando el paso de personas y mercaderías y comunicando las localidades de Buen Pasto y Paso de Indios. En el año 1915 con mucho esfuerzo se construye el hoy histórico Puente Traverso, permitiendo solucionar definitivamente el vadeo del Rio. Este importante paso de comunicación entre ambas márgenes significo un símbolo de progreso, un puente que escribió su historia en el lecho del Senguer, y que fue construido de durmientes de quebrachos, madera noble, ruda, que soportó el paso del tiempo, las inclemencias de esas épocas y fue un nexo apreciado y valorado por pobladores, vecinos de las localidades mencionadas y por viajeros[...] - Mirta Jodor



Otro cruce del río. Se ingresa por la ruta nacional 26, al oeste de Sarmiento


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